Los efectos de la crisis sanitaria que aún vive el país, dejan impactos y secuelas en el resultado final de un año en la economía y los emprendimientos. Es el caso de Puerto Jennefer, ubicado sobre el Canal Tamengo (Municipio de Puerto Quijarro), que para este 2020 tenía programado mover al menos 565 mil toneldas de mercancía hacia la gran hidrovía Paraná-Paraguay con destinos a los puertos del Atlántico, logró hacer viable el comercio exterior en un cuarto de millón de toneladas, tanto de importación y exportación.
Bismark Rosales, Gerente General de Puerto Jennefer, en contacto con la prensa cruceña describe que no solamente era el COVID-19 lo que dificultó cumplir con las metas trazadas para este año, sino que fueron múltiples imponderables que dificultaron el tránsito y flujo de mercancías por los puertos hacia el Atlántico.
“Por imponderables como los incendios forestales, la baja histórica del Río Paraguay -la peor de los últimos 50 años en el Sistema Tamengo- y el Covid-19, impactaron considerablemente sobre el comercio exterior en todo el planeta, y Bolivia no fue la excepción. Con el ´lockdown´ mundial de marzo a septiembre, y a octubre en muchos países, las operaciones fueron afectadas severamente; pese a ello, movimos más de un cuarto de millón de toneladas”, informó Bismark Rosales, Gerente General de Puerto Jennefer.
Por su parte, Gary Rodríguez, Gerente General del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), ponderó que “Puerto Jennefer, pese a todas las dificultades enfrentadas en 2020, fue el único puerto que trabajó sin dejar de atender a sus operadores de exportación e importación, demostrando la viabilidad de la Hidrovía Paraguay-Paraná, la que puede y debe convertirse en un verdadero corredor fluvial de integración, involucrando a la Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay“.
Rosales, argumentó que ante la crisis y la compleja situación como el tema del dragado de las aguas del Canal Tamengo, tuvieron que reaccionar haciendo inversiones. “Pese a todas las adversidades adquirimos un remolcador, el único en la región que tiene un calado de 80 cm, lo que nos da la garantía de que las embarcaciones que operan con Puerto Jennefer puedan ser remolcadas, salvando de esta manera todos los puntos críticos hasta que la tome la barcaza troncal que las llevará hasta Paraguay y/o Argentina”, indicó.
Con respecto al cuarto millón de toneladas de carga de exportación e importación movilizada por Puerto Jennefer, el ejecutivo informó que sobresalieron la torta y harina de soya, productos siderúrgicos, cemento, fertilizantes, contenedores y cemento asfáltico.
Rodríguez, puso de relieve la enorme utilidad que reviste Puerto Jennefer no solo para las exportaciones, sino también, para las importaciones bolivianas. “Una de las operaciones más riesgosas en el comercio exterior a nivel mundial es el manejo de carga especial, como son las llamadas cargas-proyecto, que por sus colosales dimensiones y peso exigen previsiones adicionales y cálculos de carácter milimétrico para el éxito, y Puerto Jennefer ha demostrado con creces, que está preparado para hacerlo al haber recibido cargas para las plantas eólicas en el país, ahorrando decenas de millones de dólares para el Estado, reconfirmando la viabilidad de la Hidrovía Paraguay-Paraná para ello”, enfatizó.
Rosales manifestó que los puertos de la hidrovía, en este caso Jennefer, se convierten en una ruta alternativa necesaria con respecto a los puertos del Pacífico. Por esa situación dicho complejo portuario en los últimos años ha enlazado nuevas alianzas con Puertos como el de Fort Lauderdale en Florida, EEUU, así como con Puertos del Paraguay. A su vez “la Administración Nacional de Puertos del Uruguay manifestó su gran interés por trabajar con nosotros, por lo estratégico que significa para al Puerto de Montevideo el movimiento de carga boliviana, ofreciendo un trato diferenciado en términos de costo y tiempo, algo que definitivamente concretaremos”, finalizó.