Como toda buena nueva, cada ser nace con un talento. De sus manos sale magia y de su mente creación ambas se fusionan y hacen que Víctor Alexander Sossa Pérez, haga maravillas con el pincel. Tan sólo tiene 14 años y es dueño de un don inimaginable, que sólo viéndolo pintar se puede creer que un jovencito de su edad tenga tremendo talento.
Su amor por la pintura, el lienzo y los pinceles empezó desde pequeñito cuando en el colegio se dedicaba a dibujar en sus cuadernos y cartulinas, estos deberían haberse llenado de letras sin embargo se colmaban de magníficas creaciones. Es por ello que a su corta edad ya tiene 20 cuadros en su haber de los cuales con orgullo dice haber vendido algunos.
Su imaginación vuela a la hora de pintar y su máxima inspiración es la naturaleza, Víctor Alexander, confiesa que admira a Leonardo Da Vinci, porque es uno de los artistas más grande de la historia y realizaba sus cuadros con un realismo impresionante. Su fuerte a la hora de pintar es en acrílico, lienzo, cartulinas especiales para acrílico y madera. ¨Me gusta pintar paisajes realistas, surrealista, cuadros abstractos y mezclar mucho los colores¨, confesó Víctor.
No cabe duda que es un jovencito talentoso ya que cuando no está entre su lienzo se dedica a crear objetos con materiales reciclados, a esto se le suma que diseña casas en 3D, buques y vehículos espaciales, por último, hace figuras en arcilla. Todo esto lo complementa con sus estudios en el colegio Juan Pablo II y al finalizar su etapa escolar pretende estudiar Ingeniería Naval ya que le gusta el diseño y mecánica de los barcos, buques e hidrodinámica. ¨ A los niños le digo que sigan dibujando y pintando, que jamás dejen de hacerlo porque el mundo necesita gente creativa como nosotros y que seamos la inspiración de otros pequeños¨.
Uno de sus sueños que espera que se cumpla a corto plazo es poder exponer sus obras, para que así conozcan su talento. Y entre sus planes está regalarles a sus abuelos un cuadro mientras que a su tía le haría una pintura con el Corazón de Jesús.
